sábado, 27 de octubre de 2012

Hoy me he levantado verdaderamente filosófica. Quizás sea el tiempo. Veo las gotas de lluvia que caen desde las nubes estrellarse contra el cristal de la ventana, y me pregunto qué belleza puede haber en ello. La lluvia a veces es poderosa, te hace reflexionar. Te cuestionas qué es la vida, si de verdad vale la pena encontrarle sentido o por el contrario deberías salir ahí fuera y disfrutar de ella. A veces la lluvia, trae consigo tormentas y vientos huracanados. Otras, simplemente traen un arcoíris que deslumbra bajo un sol resplandeciente. La lluvia es un claro reflejo de nuestra vida. Que pare de llover no significa que esté feliz, ni tampoco que llueva significa que no lo sea. Todo depende de con qué ojos miremos las cosas. Simplemente disfruta de las sensaciones buenas que te provoca, no todo es malo. Pero todavía hay tiempo para descubrirlo...


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