martes, 6 de diciembre de 2011


La experiencia y la filosofía que no conducen a la indulgencia y a la caridad, son dos adquisiciones que no valen lo que cuestan.

El bien es lento porque va cuesta arriba. El mal es rápido porque va cuesta abajo.

El amor es física. El matrimonio, química.

Dejemos a los envidiosos la tarea de proferir injurias y a los necios la de contestarlas.

Los reyes quieren ser absolutos; los nobles quieren ser independientes; los pueblos quieren ser felices.

Cuando se tiene cierta moral de combate, de poder, hace falta muy poco para dejarse llevar, para pasar a la embriaguez, al exceso.




La fusión de dos personas en una da como resultado dos medias personas.

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